Mi trayectoria vital ha sido cualquier cosa menos convencional.
Comencé mi vida estudiantil estudiando Derecho, que abandoné el 4º año (entonces eran 5 años de carrera) una vez que admití que no solo no era mi camino sino que nunca lo ejercería. Aun así, creo que de algún modo esos años dejaron un poso positivo.
Posteriormente me formé en varias medicinas naturales, (Medicina Tradicional China, Acupuntura, Naturopatía, Nutrición Energética …). Ese aprendizaje fué clave en el desarrollo de una visión más holística y ecosistémica de la vida en general y la salud en particular. Especialmente interesante fué la Medicina Tradicional China a la hora de aprender a relacionar, a ver los fenómenos contextualmente, entender como funciona la dinámica entre las polaridades en la (y nuestra) naturaleza, y sobre todo a leer bajo la superficie de lo aparente.
Llegué al convencimiento de que el cuerpo (la naturaleza) tiene inteligencia propia, y de que la expresión de esa inteligencia depende de que las condiciones sean favorables. Esa certeza hizo que cuando empecé a conocer la forma en que se atiendían los partos en los hospitales tuviera un auténtico shock: aquello no estaba bien. Ese un estupor dio lugar a un proceso de investigación que culminó con la publicación de la primera versión de La Revolución del Nacimiento, en 1994. Posteriormente se publicaron dos versiones más, revisadas y actualizadas, en 2006 (Granica) y la más reciente, La nueva Revolución del Nacimiento, en 2014 (Editorial Ob Stare).
Soy cofundadora de la Asociación El Parto es Nuestro (2004) y participé en los grupos de trabajo para la elaboración de la Guía de Práctica Clínica de Atención al Parto Normal (Mº Sanidad, 2010). en representación de la asociación.
Me fascina comprender la lógica intrinseca de los ecosistemas, quizá porque los seres humanos no hacemos otra cosa que destruirlos, por lo que he seguido estudiando otras disciplinas igualmente atípicas, entre las que destaco la permacultura como una ciencia de diseño que busca realmente comprender e imitar los patrones de la naturaleza en el diseño de los hábitats humanos. Creo que si hay un futuro para la humanidad será (entre otras cosas) gracias a la permacultura, la agricultura regenerativa y otras disciplinas que buscan regenerar la naturaleza, porque lo “sostenible” se queda ya muy corto.
Naturaleza e Infancia sean mis dos motores principales para tratar de contribuir a hacer de este mundo un lugar algo mejor. Creo que si la obstetricia convencional no ha entendido nada acerca de las necesidades de las mujeres a la hora de dar a luz y de los bebés a la hora de ser recibidos, el mundo adulto entiende poco y satisface menos las auténticas necesidades de los bebés y niños. En ello va nuestro futuro como especie; no en balde somos la especie más destructiva que circula sobre la tierra.
En lo profesional, he trabajado durante 15 años como coordinadora de contenidos de embarazo, parto y crianza en diversas revistas del grupo RBA, y en 2009 fundé Terra Mater (ahora Ecología de la Infancia). dedicada a la divulgación y formación en tres temáticas relacionadas entre sí: Maternidad, infancia y naturaleza. Terra Mater organizó desde 2015 la formación anual en Salud Mental Perinatal que culminó en 2018 con la fundación del Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, del que fuí socia y gerente hasta mediados de 2022.
Actualmente dirijo el proyecto Ecología de la Infancia.