La importante función ecológica de las hojas secas (y por qué NO hay que recogerlas)
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Publicado en 2014. Actualizado en 2017.
En el año 2017 se han publicado dos estudios fundamentales que quisiera vincular.
- Uno se ha realizado en Alemania, y ha revelado que en los últimos 27 años la población de insectos se ha reducido en un 76%. Los científicos advierten de un posible «armagedon ecológico» debido a que los insectos están en la base de la cadena trófica, y de ellos dependen una enorme variedad de especies vegetales y animales, así como de procesos biológicos. La drástica caída de especies de anfibios, como ranas, sapos y lagartijas, así como de aves, murciélagos, etc., son fenómenos relacionados con la escasez de insectos. Entre las causas están el uso de venenos en agricultura y jardinería y la destrucción de sus hábitats.
- El otro estudio publicado este año se ha realizado en Canadá, por el National Wildlife Federation nos habla precisamente de eso: de un aspecto de la destrucción de sus hábitats. Este estudio ha puesto de manifiesto el importante papel ecológico de las hojas secas que caen en otoño. Al caer al suelo, las hojas no sólo nutren el suelo en su descomposición, sino crean las condiciones adecuadas para la reproducción de muchas especies. Lombrices, mariposas, sapos, lagartijas y muchas especies de insectos ponen sus huevos en las hojas.
Algunas especies de abejas y abejorros hacen su nido directamente con hojas, o en el suelo, si está sano y no compactado. Las lombrices o los sapos comen las hojas, y los pájaros las utilizan para construir sus nidos. Por ello, la jardinería actual, basada en criterios estéticos y simplistas y en una mal entendida «limpieza» es un auténtico desastre medioambiental. Y por eso los científicos advierten: ¡¡dejad las hojas en el suelo!!
Como las hojas generan lluvia
Los árboles de hoja caduca cumplen otras importantes funciones. Los bosques (especialmente de hoja caduca) son auténticos imanes de lluvia, y contribuyen a generarla. Pero además sus hojas también generan lluvia por otra vía: las bacterias pseudomonas syringae, presentes en las hojas y responsables de su descomposición, favorecen la conversión de la humedad de las nubes en gotas de lluvia. Por eso es tan tan importante la presencia de árboles y arbustos de hoja caduca en los bosques y zonas verdes, y de setos vivos en las zonas agrícolas.
Hojarasca, humus y CO2
Otro efecto importante de las hojas secas es que su descomposición favorece la formación de humus. Que la tierra sea fértil y rica en humus no es una cuestión menor. Si observamos esta imagen, es fácil constatar que la porción de tierra de la derecha, más oscura, es mucho más rica en carbono que la de la izquierda. Por eso el suelo de los bosques sanos (no los monocultivos de pino y eucalipto, claro) es tan oscuro.
Otro tema relacionado es el agua. Una tierra rica en humus y cubierta por vegetación actúa como una esponja cuando llueve, es capaz de retener grandes cantidades de agua de lluvia, y ayudar a recargar los acuiferos y por tanto de sostener los ecosistemas desde la raíz. Las tierras desertificadas no tienen capacidad de absorber agua, de modo que cuando llueve el agua arrastra la tierra suelta ladera abajo, causando peligrosas inundaciones en las zonas bajas y los cauces anteriormente secos. Las sequías e inundaciones no son casuales, en gran parte están ligadas a la pérdida de vegetación y deterioro del suelo.
Resumiendo, retirar las hojas secas de parques, jardines y zonas verdes destruye los procesos de regeneración natural. Por ello es imprescindible cambiar el actual paradigma de gestión de espacios verdes, basado en criterios estéticos y simplistas, por una jardinería regenerativa, que promueva la biodiversidad y la vida. Si las hojas caen en asfalto, siempre se pueden recoger y depositar en parques y espacios naturales cercanos. Eso y … ¡¡plantar árboles y arbustos!!